Llama viva para mi esperanza,
que este canto llegue hasta ti,
seno eterno de infinita vida,
me encamino, yo confío en ti.
Del 30 de mayo al 9 de junio se vivieron días muy especiales para un grupo de
miembros (matrimonios, hijos, consagradas y sacerdotes) de Hogares Nuevos, Obra de
Cristo, donde se tuvo la oportunidad de vivir una peregrinación por distintos lugares de
Italia en sintonía con el año santo que estamos viviendo como Iglesia en torno al
Jubileo 2025 que lleva por lema “Peregrinos de esperanza”.
La peregrinación tuvo inicio el viernes 30 de mayo en un pequeño pueblo llamado
Greccio, una localidad italiana de la provincia de Rieti, región de Lacio, famoso por ser
el lugar donde San Francisco de Asís en el año 1228 pasó la navidad: allí se celebró la
Misa del Gallo con el altar colocado delante del pesebre, con una imagen del Niño
Jesús a tamaño natural y a los lados una mula y un buey. Cuentan que, al terminar la
misa, cuando San Francisco se aproximó a besar el niño, éste tomó vida y le sonrió.
Poco después, para perpetuar el lugar donde el Santo había celebrado la Navidad, se
levantó una capillita y es considerado el primer Belén. Se tuvo la oportunidad de
celebrar la misa en aquel lugar presidida por el fundador de la Obra, Padre Ricardo
Facci la cual se vivió de una forma particular ya que en su homilía dijo: “Cuando Jesús
resucita se eternizan todos los momentos de Jesús, por eso podemos decir: hoy nació
Jesús, hoy muere, resucita. Mas allá de que tengamos un día determinado para
celebrarlo, es válido que digamos que hoy es Navidad y podemos celebrarla en este
lugar y descubrir la cantidad de signos de ese misterio”. Se experimentó una profunda
alegría por celebrar la misa en un lugar tan lleno de sentido, que invitó a vivirlo con
mucha fe.

Los días sábado y domingo Hogares Nuevos dijo presente al Jubileo de las familia, de
los niños, de los abuelos y de los mayores, participando el día sábado por la tarde en la
Basílica San Juan de Letrán de la fiesta de la familia que además de diferentes grupos
musicales que animaban, hubo diferentes testimonios familiares que luego el cierre
fue con la vigilia de oración, con el rezo del Rosario en conclusión del mes mariano. En
este evento además de los miembros de la Obra Hogares Nuevos que llegaron a Italia,
desde Argentina y México, se sumaron miembros de la comunidad de Hogares Nuevos
del país anfitrión. El día domingo a las 10.30 fue la Santa Misa presidida por el Santo
Padre Leone XIV, y la misma fue celebrada en la Plaza de San Pedro en la ciudad del
Vaticano. El Papa recibió a las familias llegadas desde 131 países, donde se pudo ver
gran participación de familias completas y un gran número de niños. En la homilía el
Papa hablo directamente a los matrimonios con mucha fuerza diciendo: “Por eso, con
el corazón lleno de gratitud y esperanza, a ustedes esposos les digo: el matrimonio no
es un ideal, sino el modelo del verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total,
fiel y fecundo. Este amor, al hacerlos «una sola carne», los capacita para dar vida, a
imagen de Dios. Por tanto, los animo a que sean para sus hijos ejemplos de coherencia,
comportándose como desean que ellos se comporten, educándolos en la libertad
mediante la obediencia, buscando siempre su propio bien y los medios para
acrecentarlo”. Luego además dirigió algunas palabras a los hijos: “Y ustedes, hijos, sean
agradecidos con sus padres: decir “gracias” por el don de la vida y por todo lo que con
ella se nos da cada día es la primera forma de honrar al padre y a la madre.” A los
abuelos el Papa les expresó: “Por último, a ustedes, queridos abuelos y ancianos, les
recomiendo que velen, con sabiduría y ternura, por quienes aman, con la humildad y
paciencia que se aprenden con los años”.
El Papa citó los «modelos ilusorios de vida, donde no hay espacio para la fe»,
ampliamente difundidos por los medios de comunicación y las redes sociales, pero
animó a vivir en el amor así ser “signo de paz para todos, en la sociedad y en el mundo
diciendo: “No hay que olvidarlo: del seno de las familias nace el futuro de los pueblos”.
Además recordó a aquellas personas que fueron proclamados beatos y santos, no por
separado, sino juntos, como pareja de esposos, por esto hace una llamada diciendo
que: “…al proponernos como testigos ejemplares a matrimonios santos, la Iglesia nos
dice que el mundo de hoy necesita la alianza conyugal para conocer y acoger el amor
de Dios, y para superar, con su fuerza que une y reconcilia, las fuerzas que destruyen
las relaciones y las sociedades.”
El lunes 2 de junio el grupo peregrino se dirigió hacia Asís, lugar tan importante por
muchas razones. Iniciamos la peregrinación llegando a la Basílica de Santa Clara, donde
se encuentra el cuerpo incorrupto de la santa, la hermana espiritual de San Francisco y
fundadora de las Clarisas, orden religiosa femenina católica, también conocida como la
Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, en el interior de la Basílica tiene una
reliquia muy especial, el original Cristo de San Damián que fue el que hablo a Francisco
y le dijo “Francisco, reconstruye mi Iglesia”, en este lugar fue un momento especial de
oración ya que cada peregrino está invitado a preguntarle al Señor: “¿Qué quieres que
haga por ti?” Francisco, delante de este Crucifijo ha rezado y ha comprendido su
vocación, la de testimoniar el Evangelio en el mundo y de restaurar la Iglesia,
amándola, asumiéndola y siendo parte activa. Como miembros de Hogares Nuevos
también se elevó una oración pidiéndole al Señor la gracia de no agotar esfuerzos y
seguir trabajando por cada Iglesia domestica necesitada de luz y esperanza.
Continuamos la peregrinación por la Iglesia de la Spogliazione, lugar donde San
Francisco se despojó de todo, en esa plaza frente a la Iglesia entrego a su padre su
ropa y posesiones para abrazar la extrema pobreza.
En esta Iglesia, hoy, además de recordar este momento importante de Francisco, se
encuentra, por un deseo personal de ser enterrado ahí: el cuerpo del Beato Carlo
Acutis, joven de 15 años que pronto será proclamado santo, los peregrinos vivieron
este momento con mucha conmoción, especialmente aquellos que son jóvenes Hijos
de Hogares de Nuevos, por la gran llamada a vivir la vida ordinaria, sencilla, de un
“joven normal” haciéndola santa amando a Jesús.
Luego la Basílica inferior y superior de San Francisco donde se destaca en toda su
dimensión la gran obra de un santo tan grande e importante para la Iglesia, allí se
encuentran sus restos y objetos personales. Además, el grupo peregrino estuvo
presente en la Basílica de Santa María de los Ángeles y la Porciúncula: pequeña
porción que también fue reconstruida por el santo y que se convertiría en el centro de
misión y vida comunitaria de Francisco.
Este caminar hacia Asís fue profundo y espiritual, completando que allí muchos se
acercaron al Sacramento de la reconciliación y la gracia de juntos celebrar la Eucaristía
en la capilla “Fray Leone” donde se agradeció a Dios la oportunidad de lo vivido.
El día martes 3 de junio se vivió un momento lleno de la presencia de Dios y de su
Madre visitando en Loreto el santuario donde se conserva y se venera la Santa Casa de
la Virgen María, un lugar sagrado, definido por Juan Pablo II como “El auténtico
corazón mariano de la cristiandad”, uno de los lugares donde muchos peregrinos
llegan y en este lugar santo e importante los peregrinos de Hogares Nuevos visitan y se
unen en oración contemplando con los ojos del corazón y los ojos físicos las paredes en
donde vivió la Santísima Virgen María. En una de las pequeñas capillas se celebró la
Santa Misa, donde Padre Ricardo Facci en su homilía nos invitó a reflexionar en el SI
que dio la Virgen y dijo: “Hoy celebramos a María en su sí para siempre, ya que el sí
para un rato no sirve, porque no es amor, el sí para siempre responde al amor”.
Durante la celebración, el Matrimonio de Rosy y Armando renovaron su compromiso
matrimonial en la fecha de su aniversario N° 35 y sumando a esta celebración Padre
Ricardo invito a que cada uno de los peregrinos se una al sí de María a renovar el sí
para siempre que un día dieron, tanto los matrimonios como los consagrados. Por la
intercesión de Nuestra Señora de Loreto se vivió un emocionante momento personal y
familiar de encuentro profundo con Jesús y María.
Los días miércoles, jueves y viernes la peregrinación fue por diferentes lugares en la
Ciudad de Roma, Iglesias importantes en historia de grandes santos, como San Agustín,
la Iglesia de los franceses, Santa Inés, Santa María Trastevere, Scala Santa; Las basílicas
papales de San Juan de Letrán, Santa María Mayor, San Pablo Extramuros y San Pedro.
También una visita a las catacumbas de San Calisto y lugares populares de la ciudad
como Coliseo, Fontana de Trevi, Panteón y las plazas más importantes por su belleza e
historia.
El 7 y 8 de junio el grupo peregrino representa al Movimiento Hogares Nuevos en el
Jubileo de los Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades, primero haciendo el
peregrinaje a la puerta santa de San Pedro, unidos en oración llevando en el corazón a
todos los miembros de la Obra y a cada integrante de la propia familia.
La vigilia de Pentecostés llevada a cabo en la Plaza San Pedro y acompañada por el
Papa Leone XIV, que inicio con un momento de reflexión para entrar en un clima de
oración, animado por un coro de 130 personas de todo el mundo y enriquecido por
diferentes testimonios, el Papa dirigió unas palabras a todos los fieles animándolos a
estar “profundamente ligados a cada una de las Iglesias particulares y a las
comunidades parroquiales donde alimentan y gastan sus carismas. Cerca de sus
obispos y en unión con todos los otros miembros del Cuerpo de Cristo actuaremos,
entonces, en armoniosa sintonía. Los desafíos que la humanidad enfrenta serán menos
espantosos, el futuro será menos oscuro, el discernimiento menos difícil, si juntos
obedeciéramos al Espíritu”.
El domingo fue la gran clausura del Jubileo y también de le peregrinación con la Santa
Misa presidida por el Papa Leone XIV, esta participación llenó de alegría los corazones
de todos los peregrinos ya que se vivió con profunda alegría el ser Iglesia, en el día de
Pentecostés y donde se agradeció profundamente a Dios la posibilidad del viaje y la
experiencia vivida.
Cada peregrino sintió a través de estos días un gran regalo de parte de Dios, no por el
hecho de conocer nuevos lugares, sino por lo compartido y recibido de parte del Señor
quien a cada uno convocó para vivirlo, y por el vínculo generado que hizo que se
sintiera un ambiente familiar en todo momento, donde reinaba la alegría y el
entusiasmo. A cada uno Dios Padre llamó y supieron responder, (como dice el himno
del Jubileo) a encaminarse y confiar en Él.
Hna. Daniela Teresita Sánchez
